me meto en el cementerio
y me zambullo en los osarios
desesperado
navego
nado la nada
me ahogo
me ahogo entre fémures y mandíbulas
armo puzzles imposibles
dientes con metacarpos
omóplatos con espinazos
y así paso la noche
escondido
cansado
de tanta originalidad
para armar eslabones perdidos
pero antes de convertirme
en el fracasado “equipo de mi mismo forense”
dejo los huesos a un lado
y escribo un poema
que me devuelve
la piel viva de su voz
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