¿Qué es el ENIE?

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El ENIE (Encuentro itinerante de escritores) es algo más que una sigla que denota lo que somos, un encuentro. Este espacio, abierto a la participación de escritores noveles, tal vez de los márgenes, activos y activistas de la palabra; es una convocatoria anual que se realiza en distintos puntos de la argentina. Efectivamente, cada año se nuclean en una provincia las actividades propuestas para tal ocasión que consiste en conocerse, compartir experiencias de lectura y de escritura, realizar charlas, debates, visitas a escuelas y penales del lugar. También es una buena oportunidad para estrechar lazos que, a pesar de las distancias, se mantienen intactos hasta el próximo encuentro y que, de hecho, son los que alimentan las ganas de volver a verse. Sí, el ENIE tiene esa cosa extrañamente mágica, cuasi mítica, de reunir a poetas, narradores, trashumantes, inoportunos, colgados y pirados que pegan onda (como se dice por ahí) ni bien entran en contacto.

19/9/11

Un largo poema de amor



Despertamos con la baba seca
que fuimos desprendiendo por la noche
hasta convertirla en la pasta que descasa
suspendida en nuestras almohadas percudidas.
Me fui a vivir con vos, tres años ya.
No. No teníamos heladera mesa ni sillas
una pava abollada que yo traía de otra relación,
un termo metálico, de esos de los que al
cerrar hace tlack! abre haciendo tlack!
que guardabas de una expareja, con bolsito de cuero
incorporado. Ahora luego de tres años
fregando el patio y cocinando para dos
compramos una palmera de interior y
una maceta de cemento que pinté de negro
con brea que no dejará pasar la humedad
Me gusta despertar
me gusta la vida free
me gusta que estés vos a mi lado
me gusta que la tormenta haya pasado
me gusta que en estos tres años solo discutiéramos sobre bo lu de ces.
Ayer veíamos recostados como llovía y el viento movía; y
si éste fuera un poema clásico debería decir
árboles álamos sauces u olmos, pero como no lo es,
se zarandeaban cables una maraña que en el poste frente a nuestra casa
se fue anudando hasta ser un ovillo de corrientes parásitas.
Tres años, se fueron quemando 28 foquitos de tungsteno
arriba dormís y el silencio va haciendo shhhhhhhhhh
ruido blanco según me explicaran. Prendo la TV chiquita
que tu vieja ganó para obsequiarla junto al dvd
aunque no tengamos cable me conforma
el aire canal 7 y canal 12 con lluvia
total arriba tengo un culo que espera por mí
y me sobra el tiempo para sentarme a esperar
que el invierno acabe y vos termines tu siesta.
Que el invierno acabe y vos termines tu siesta.
Que el invierno acabe y vos termines tu siesta.
Está bien besarnos recién levantados con
los dientes sin lavar y la boca pastosa, porque así
sentimos los sabores de cada uno sin tanto paradigma
no me importa
tampoco a vos te importa.
Sobre el mismo gastado colchón, para
que Ungaretti escribiera: Me ilumino / de inmensidad.
Smáshing Pumpkins nos gusta para cuando lavamos
platos grasosos que amontonamos por semanas,
nos gusta para coger algo tranqui tranqui: el ruido de grillitos
cuando todo está en silencio y nuestra empatía
se replica en el rasgueo de sus patas. La banda sonora
es la ecolalia de nuestros besos por la mañana.
Que el invierno acabe y vos termines tu siesta.
Que el invierno acabe y vos termines tu siesta.
Una vez más no recordamos comprar café en Waltmart
así que estamos desayunando con té negro para vos,
rojo en mi taza, los días se nos pasan así, tomando té
pero el café es vital me decís una mañana
me gusta el café te digo porque el té me da sueño
vos asentís con la cabeza mientras soplás tu taza
pretendiendo entibiarla, así pasan los días mientras
esperamos que el invierno acabe mientras
esperamos que el invierno acabe mientras.
Tiñéndose la tarde por el sol que ingresa por la ventana
somos felices por un eterno momento, no
vemos muy seguido como el sol traspasa nuestros vidrios
acercándonos el zonda el olor del mar. Los días se nos pasan así
sin más que 28 lamparitas de 60wats que se fueron quemando
con una atávica brisa que viene desde la costa vecina
despeinándonos para sentir
que este poema recién empieza a escribirse.
Ni pobres ni millonarios ese verano nos dieron
ganas de ir a conocer el océano pacifico,
montamos carpa con la luz matinal al llegar, luego
de viajar viendo la terminal hacerse cada vez más chiquita
despareciendo en el espacio junto a las tomás
que pueblan la city neuquina. Vacacionamos
en la costa pacifica ese verano mirando
al cielo estrellado plagado de extintas luces que nos mienten
sostenidas en el manto negro por encima de las olas del pacifico.
Año uno cinko con k por que son cinco los kilos que
engordé en el primer año, cinco más en el segundo
cinco últimos en el tercero. Todo caserito.
La harina hace que mi panza crezca se ensanche el estomago
para parar el universo en expansión la semana
pasada decidimos correr día por medio al rayo del sol transpirando.
Bajar la wata del amor mi wata del amor
Para endurecer tu cola y dejarla paradita:
me sobra el tiempo para sentarme a esperar
que el invierno acabe y vos termines tu siesta.
el aliento seco de nuestras bocas al rayo del sol
mirándonos de a ratos, las gotitas de transpiración
que van cayendo sobre el piso curtido y seco
donde rebotan nuestras zapatillas deportivas.
Por las noches sobre el costado izquierdo
no te dormís hasta que te apoyo
mis manos curtidas secas que vos recomendás ponerles crema
te acaricio primero el cuello y el tattoo hecho antes de conocerme
entonces comienza el trino de tu respirar, hasta que
te dormís; escucho el soñar tuyo de nuestro futuro hijo
antes dijiste se llamará Roco porque pega bien
con un apellido tano: Revello, sí Rocco Revello
o también Dante Revello.¿Rocco por el artista porno?
Por las noches en el costado izquierdo
del mundo tú sueñas mientras yo te voy acariciando el cuello
y en mi cabeza suena una musiquita oída en una radio,
propagada por el aire desde Helsinki.

*

nos iremos a Malibú a vivir en una lujosa mansión
plagada de mayordomos preparados en el arte del daiquiri.
nos iremos a Moscú a conocer la tierra de mamushkas y tu familia paterna.
nos a las islas de Pascua para ver esas inmensas cabezas
talladas por los indios hace años (entonando poemas)
que se fueron asentando frente a los surfers
guardianes de esas grandes olas que solo allí se dan
esperando que la marea suba para desembocar en su sal.



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