¿Qué es el ENIE?

Mi foto
El ENIE (Encuentro itinerante de escritores) es algo más que una sigla que denota lo que somos, un encuentro. Este espacio, abierto a la participación de escritores noveles, tal vez de los márgenes, activos y activistas de la palabra; es una convocatoria anual que se realiza en distintos puntos de la argentina. Efectivamente, cada año se nuclean en una provincia las actividades propuestas para tal ocasión que consiste en conocerse, compartir experiencias de lectura y de escritura, realizar charlas, debates, visitas a escuelas y penales del lugar. También es una buena oportunidad para estrechar lazos que, a pesar de las distancias, se mantienen intactos hasta el próximo encuentro y que, de hecho, son los que alimentan las ganas de volver a verse. Sí, el ENIE tiene esa cosa extrañamente mágica, cuasi mítica, de reunir a poetas, narradores, trashumantes, inoportunos, colgados y pirados que pegan onda (como se dice por ahí) ni bien entran en contacto.

17/9/11

Muerte fabulosa de la luna

Anoche un satélite entró en la órbita de mis sueños / Le pregunté si se había extraviado y le indiqué la salida al final de mis párpados / Pero él prefirió quedarse y hacer de mi sueño una pesadilla / Me contó que detrás de la noche / donde las horas afilan dientes y relojes / el inquisidor y sus verdugos construyen un andamio / Dijo que el propósito era tan insólito como toda muerte por encargo: / “quieren matar la luna desde lo alto / No le perdonan que brille sin luz propia / que su elevada mentira anochezca el cielo y su buen ejemplo” // Al despertar salí de la casa y consulte al oráculo de los perros / Ellos prefirieron creer que el satélite había enloquecido  / dijeron que nadie puede matar la luna porque ella es evasiva y cambiante / y podrá siempre escapar por un agujero negro y aparecer en otro cielo // Al regresar a casa junté los párpados y volví a soñar con el satélite / Esta vez estaba desesperado / Me contó que habían apresado a la luna en Tucumán / Que allí sus verdugos esperaban la orden para ultimarla / me advirtió que sería una muerte ejemplar y surrealista: / “la cortaran con la navaja de Buñuel / luego arrojaran su cadáver como chatarra espacial y coserán un pedazo de noche sobre su ausencia” // Esta mañana desperté confundido / ¿a quién debo creerle? / los perros han sido siempre fieles y verídicos / pero también es cierto que los satélites no mienten // Por la tarde me angustió saber que sin luna el mundo perdería su único ojo / que sólo de espantosa miel sería la noche inaugural de los recién casados / que el hombre lobo no tendría excusa para saciar su apetito de blancura / y que el lunático se perdería para siempre en su lado más oscuro / Imaginé a los pianos poblándose de teclas negras y a los poetas extraviados sin su brújula de insomnio / Dije luna y círculo y el lenguaje me clavó su linealidad en la sangre // Al llegar la noche el cielo había sido saqueado y la luna desaparecida / Junté los párpados y dormí un sueño espacial y sin satélites / Pero esta mañana/ pegado sobre la puerta de mi ropero / el calendario marcaba luna asesinada



No hay comentarios:

Publicar un comentario