¿Qué es el ENIE?

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El ENIE (Encuentro itinerante de escritores) es algo más que una sigla que denota lo que somos, un encuentro. Este espacio, abierto a la participación de escritores noveles, tal vez de los márgenes, activos y activistas de la palabra; es una convocatoria anual que se realiza en distintos puntos de la argentina. Efectivamente, cada año se nuclean en una provincia las actividades propuestas para tal ocasión que consiste en conocerse, compartir experiencias de lectura y de escritura, realizar charlas, debates, visitas a escuelas y penales del lugar. También es una buena oportunidad para estrechar lazos que, a pesar de las distancias, se mantienen intactos hasta el próximo encuentro y que, de hecho, son los que alimentan las ganas de volver a verse. Sí, el ENIE tiene esa cosa extrañamente mágica, cuasi mítica, de reunir a poetas, narradores, trashumantes, inoportunos, colgados y pirados que pegan onda (como se dice por ahí) ni bien entran en contacto.

18/9/11









nació en un depto del centro desde donde se veía, los días bravos, el polvo de la barda rojo en suspensión. la última vez que se encontraron ella estaba pinchando discos en una fiesta en una casa cara. les gustaba olerse el perfume a oriente entre los rayos del after hour. frío (el clima). sustancias fluctuantes en las canaletas de jardines del rey. estaba en la agenda de todos el aura diamantina de su nombre y su prestigio: nombre de ciudad, reviente de pueblo. tatuajes y jengibre en los templos de la moda, jóvenes chetas paseando en el perímetro de un barro total. jezzabel, jezzabel. siempre sonarán por neuquén las canciones marroquíes que evocan tu nombre.







a los 15 descubrió Nietzche en la biblioteca del colegio, y así empezó a unir puntos dispersos de su mente.confrontaba, por ejemplo, estadísticas bíblicas con afirmaciones nihilistas, que se mezclaban con las risas de beavis y butthead en la tele. era, como se supo después, un mago rebelde. desde las cajas de CDs perfectamente rotuladas llegaban los ruidos que hacen los martillos cuando se talla un epitafio. días que vivirán por siempre entre el humo esparcido sobre los árboles en una plaza fractal. tendido sobre la cama, con los auriculares puestos, nace el superhombre.







tiene dibujos de sus hijos en la pared del cubículo de su oficina. se los muestra a todos sus compañeros cada vez que pasan cerca suyo, pero se olvida que ya los mostró mil veces y nadie le presta mucha atención. se olvida también que hasta el supervisor empieza a burlarse de ella por la ropa desteñida que trae al trabajo. los electrodomésticos dejaron de funcionar hace tiempo. su matrimonio también. aún así su temperamento  no se desmorona: un dibujo de Barney ilumina esos 4 metros cuadrados que ahora ella llama "mi guarida".







si no fuera por la heladera metalizada, los cerámicos blancos, el jardín con estatuas y el BMW de su papá, ella se sentiría una chica un poco más normal.

pero la agobia la ostentación de su familia y el modo en el que obligan a almorzar con ellos a la empleada doméstica. hay veces que no soporta más y con una mano toma su pelo y forma una larga cola de caballo, que suelta por el balcón de su pieza hasta el piso de abajo. repite el ritual todas las noches

con la esperanza de que algún día suba por ella un chico de los suburbios y la invite a andar en moto por una calle de tierra.




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