En Salta creemos
que no hay nada mejor
que
escribir un poema,
destapar un buen vino
o fornicar con morenas
de esas que te muerden
cuando se suelta el orgasmo.
Creemos que en la tierra
se esconde un terremoto
y que la esterilidad es
un problema ajeno,
propio de los peces.
Creemos en el sol,
en el folklore,
en la virginidad porfiada de las niñas
del centro,
de las que van a
misa.
Hay algo, sin embargo,
en lo que no creemos.
Sabemos que la angustia
es un suspiro
encima de la cruz del
San Bernardo.
(de La soberbia del monje)
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