¿Qué es el ENIE?

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El ENIE (Encuentro itinerante de escritores) es algo más que una sigla que denota lo que somos, un encuentro. Este espacio, abierto a la participación de escritores noveles, tal vez de los márgenes, activos y activistas de la palabra; es una convocatoria anual que se realiza en distintos puntos de la argentina. Efectivamente, cada año se nuclean en una provincia las actividades propuestas para tal ocasión que consiste en conocerse, compartir experiencias de lectura y de escritura, realizar charlas, debates, visitas a escuelas y penales del lugar. También es una buena oportunidad para estrechar lazos que, a pesar de las distancias, se mantienen intactos hasta el próximo encuentro y que, de hecho, son los que alimentan las ganas de volver a verse. Sí, el ENIE tiene esa cosa extrañamente mágica, cuasi mítica, de reunir a poetas, narradores, trashumantes, inoportunos, colgados y pirados que pegan onda (como se dice por ahí) ni bien entran en contacto.

18/9/11

La higuera



Cuando el argumento lo exigía
yo era el que despertaba a los fantasmas
  y llamaba a los ovnis
para viajar en el torrente sanguíneo
        de lo absurdo.



Las runas se trazaban
sobre las axilas,
                  las esquinas de los barrios
          que escondían duendes ostrogodos,
y así la invocación surtía efecto.



La higuera era el buque pirata
            que conducía a la selva del fondo,
    la máquina del tiempo que me acercaba
                 al dinosaurio perro
             que me mordió una tarde
       y terminó ahorcado por el vecino,
                          el malo de la jungla
                          al que yo bombardeaba
                                      con piedras de Hiroshima
                           para reírme de la radioactividad
                                        que se elevaba
                           sobre el tejado de sus cejas.



Cierto día el buque se hundió:
                   mamá decidió parquizar el fondo
               y eliminar las malezas
                   que afeaban las fuentes de las ninfas,
                                                seres de yeso
                            que se comieron la tierra de las parras
                             y confabularon con el vecino
para terminar con mi reinado
                                                 sobre la higuera.



(De Por qué queremos ser Quevedo)




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